Déjame recorrer sin descanso
Cada palmo de ese inmenso orbe
Que reposa desnudo sobre mi lecho
Extraviarme sin rumbo sobre tu piel
Acariciando los rincones más secretos
Coronar los montes de tus senos
Pernoctando eternanente sobre sus cimas.
Déjame explorar tus valles más oscuros
Penetrar en tus simas más abismales
Naufragar en el mar de tus lágrimas
Y perderme, perderme para siempre
Tras fundirme en un abrazo letal
Con cada retazo de tu alma
Quiero ser viajero y náufrago
Perderme en la inmensidad de tu cuerpo
Emprender un éxodo sin retorno
Hasta libar el último jugo de tu deseo
Hasta traspasar las fronteras de tu cuerpo
Hasta morir encaramado
Sobre el azúcar de tus senos.