jueves, 19 de febrero de 2015

Angel de Luz

I

Ángel de luz, mano divina
Boca que me lleva y acaricia
Ojos que me guían
Voz que me arrulla.
Añoranza infinita.

Dolor, dulce dolor 
Amor a penas probado.
Ángel de mi guarda
Que me salva de la ruina.

Redimido por amor y dolor
Despertar de una agonía
De una muerte en vida
Ahogado en los infiernos
Podrido y taciturno.

Dolor que me desgarra
Y a la vez me salva
Amor que me cura
Y a la vez me mata.

II

Ángel de mi guarda
Dulce compañía
Declino tu nombre
De noche y de día.
Busco tu imagen
En cada melodía
Sueño tu rostro
Con melancolía

Ángel de mi guarda
Dulce compañía
No me dejes solo,
Que me moriría
No me dejes solo
Que te lloraría
No me dejes solo
Sin tu compañía

Ángel de mi guarda
Dulce compañía
Ámame un poco
Dame tu mirada,
Tu caricia,
Tu mano
Dame otro beso...
Como el de aquel día. 

viernes, 6 de febrero de 2015

Tiempo


I Ansiedad

¿Cuándo terminará esta hora?
¿Y la siguiente…? ¿Y la otra…?
¿Cuándo llegará ese momento
Que aguardo con tanto afán?
¿Y qué es lo que espero?
Otra hora eterna, esa hora
Que,  a penas empezada, 
Desearé impaciente que corra. 

Mientras, intento ahogar al tiempo 
En la banalidad,
Jugando,
Bebiendo,
Andando,
Corriendo…
Contemplando el infinito
De la estupidez humana
Entretenido en nimiedades
Llenando de vacío el vacío 
Engañando ese paso lento 
Eterno, exasperantemente absurdo,
De este lapso baldío.

Y cuando al fin llega ese momento,  
Pronto me hastío
Y enseguida deseo que se agote, 
Para de nuevo esperar eternamente
Otro momento lejano 
Que pronto será engullido
Por las tinieblas de lo absurdo,
Por los dientes del pasado,
Por la sombra del olvido.



II Acedía

Un eterno segundo 
Sigue a otro segundo eterno
Y a otro segundo,
Clavado en mi lecho 
Con la mirada extraviada
Más allá de la techumbre.
Nada es lo que espero,  
Tan sólo me ahogo 
En la inmensidad del tiempo 
Atenazado por el ritmo tedioso 
Del perpetuo transcurrir
De cada instante interminable 

Gota a gota
Grano a grano
Va descendiendo la arena 
En la que me ahogo, 
Mientras yazgo tendido inerte
En este árido desierto ardiente.

Indiferentes transcurren 
Los segundos, las horas
Los días,  o las semanas 
Nada cambia, sólo la fecha y la hora
Indiferente a la tarde o la madrugada
Lenta e inexorablemente vacío 
El tiempo pasa
Lento
Tedioso
Horriblemente
Vacío.


III Tiempo

Liviano paquete de segundos 
Unos, llamados a convertirse en instantes
Otros a perderse, irremisiblemente
Entre las fauces del olvido. 
Vuelas cuando quiero que te quedes
Y creces hasta lo interminable
Cuando deseo que galopes.

Una escasa ración de momentos, 
Un limitado número de recipientes 
Para intentar llenarlos
En las fuentes de la nada. 
Indiferente lo que se haga, 
El tiempo pasa, 
Mientras, inevitable se aproxima 
La muerte con su guadaña, 
Y, después,
El silencio
Eterno 
Hasta el fin 
De todos los finales 
Hasta el fin...
Del tiempo.